martes, 25 de septiembre de 2007

Una tarde cualquiera



Era una tarde cualquiera, la ansiedad y el tedio se apoderaban de mi... que hacer? abrí la puerta, aquella que tanto mire desde lejos sin atreverme siquiera a acercarme, sintiéndome culpable hasta de solo mirarla, y no atreverme a acercarme, pero ahí estaba yo, por fin tomando la iniciativa, y el valor... ante mi, un camino, un camino tan hermoso, que invitaba a ser recorrido, un sol resplandeciente en lo alto, un cielo totalmente despejado, si acaso unas cuantas nubes que se dejaban ver, sintiéndose un tanto intimidadas por el azul profundo del cielo... simplemente excepcional. decidí caminar, explorar lo que el camino me ofrecía, sin miedo de lo que vendrá sin preocupación de nada, el camino parece darme la bienvenida en sus anchos senderos, una sensación de libertad recorrió mi alma, cansada de sentirme cautiva, las flores y el viento saludan a mi paso, como si me conocieran desde hace mucho tiempo... de pronto me encuentro en medio de la nada y de nuevo regresa a mi esa sensación de ansiedad... cuando busco en la inmensidad veo un lago, y logro acercarme para ver mi reflejo en las tranquilas aguas, y ahí estoy yo, simplemente yo, tal cual soy, desnudando mi alma.... y purificándola con lagrimas del corazón lagrimas que lavan mi espíritu, al final, cerca del amanecer, mi alma y mi espíritu se encuentran en paz y tranquilos.... me ciento tan cerca del cielo pero tan ligada a la tierra... llena de calma....
fue lo que trajiste a mi alma bebe hermoso, el lago refleja el amor que me has brindado... todo lo demás ya es historia!

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